La enseñanza médica en las escuelas latinoamericanas formaron a los médicos con el erróneo concepto de que la enfermedad celíaca (intolerancia al gluten, proteína que se encuentra en forma natural en algunos granos básicos tales como trigo, centeno, cebada y en menor cantidad en la avena) era una enfermedad de europeos.
Escrito por Dr. Mauricio E. Cromeyer Medicina Interna-Gastroenterología
Domingo, 15 agosto 2010 00:00
Este concepto ha cambiado en los últimos años y los médicos nos hemos visto sorprendidos por la alta prevalencia de la enfermedad en estas áreas del planeta incluso en algunas poblaciones indígenas y mestizas.
En el Congreso Mundial de Gastroenterología, celebrado en Montreal, Canadá, en 2005 se lanzó una voz de alerta a los médicos especialistas en gastroenterología a adoptar otro tipo de actitud y abandonar la relativa conducta negligente a este respecto, entender que la enfermedad celíaca es la entidad auto-inmune de más alta prevalencia en el planeta (al menos 1% de la población con algunas variantes acorde a las diferentes etnias), los objetivos trazados en este evento mundial fueron: estudiar el problema (incentivando el desarrollo de la investigación en nuestros países) y educar a la población médica no especializada a la población en general acerca de qué significa ser celíaco, cuáles son los síntomas, cómo se diagnostica, cómo se trata y cuáles son las posibles complicaciones.
¿Qué es la enfermedad celíaca?
Celíaca (proviene del griego Koilia; vientre). Enfermedad del intestino delgado (órgano encargado de la absorción de todos los alimentos), caracterizada por un daño tóxico inducido por el gluten (proteína de almacenaje de algunos granos básicos, a la cabeza el trigo y todos sus derivados) que daña la mucosa de tal forma que inhibe la absorción de los nutrientes con sus respectivas consecuencias. Ocurre en personas que son susceptibles porque vienen genéticamente marcadas para ello.
¿Cuáles son los síntomas?
Dependerá de la extensión del daño en el intestino delgado, pero la gran mayoría son cuadros clínicos leves a moderados que pueden confundir al médico con otras enfermedades comunes como el Síndrome del Intestino Irritable (conocida por la población como colitis). La gran mayoría de casos están caracterizados por síntomas vagos tales como distensión abdominal, flatulencia, ruidos intestinales incrementados, cambios en los hábitos de evacuación, en casos más severos diarreas recurrentes o persistentes, pero sorpréndase: algunos pueden incluso ser estreñidos. En otras palabras, el espectro de presentación clínica es complejamente variable y depende de múltiples factores ambientales, genéticos e inmunes. La verdad es que los cuadros clínicos severos son la minoría. Los leves y moderados constituyen lo oculto del mismo. Otros síntomas asociados pueden ser bajo peso, baja estatura, falta o exceso de apetito, lasitud y astenia (fatiga), anemia y úlceras bucales recurrentes. Algunos pacientes celíacos no tienen manifestaciones intestinales y pueden presentar hallazgos clínicos extraintestinales tales como aparecimiento de moretes, sangrados nasales (por falta de absorción de elementos que ayudan a la coagulación), osteoporosis en etapas tempranas por falta de absorción apropiada de calcio, debilidad muscular, problemas neurológicos (adormecimiento de pies y manos), infertilidad, impotencia, ceguera nocturna (por falta de absorción de vitamina A), erupciones vesiculares cutáneas conocidas como dermatitis herpetiforme, hipotiroidismo. En fin, una serie de hallazgos de diversa naturaleza.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
En casos sospechosos, se puede dosificar en sangre la presencia de algunos anticuerpos presentes en esta enfermedad: (anti-endomyisio y anti-transglutaminasa).
Si son positivos se procede a efectuar un procedimiento sencillo, endoscopio bajo sedación, que consiste en tomar biopsias del intestino delgado.
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