Todos
los platos, desde los más sofisticados a los más sencillos, pueden contener
ingredientes tóxicos en casos de intolerancia o alergia, de ahí la importancia
de conocer su composición exacta.
Hablamos
de platos de consumo cotidiano que pueden contener espesantes tan comunes como
harina de trigo o saborizantes como crema de leche y que, aparentemente
inofensivos, resultan tóxicos en caso de intolerancias o alergias alimentarias.
Como pueden ser unos guisantes con jamón o un estofado de carne,
a los que se les ha añadido "un poco" de harina de trigo o pan
tostado machacado para espesar la salsa. Comunes
en la cocina tradicional pero que pueden resultar tóxicos para ciertos
colectivos.
Aderezos o Salsas (de
tomate, de queso o bearnesa), que sirven los restaurantes o que se elaboran en
casa como acompañamiento a muchas comidas, lleven harina para conseguir una textura
más atractiva y uniforme, a pesar de que quien las va a consumir crea que la
harina no es un ingrediente preciso para su elaboración. Para salir de dudas,
aunque en algunos casos el comensal pueda intuir que el plato tal vez lleve
algún espesante, conviene que pregunte si la salsa o el caldo han sido
espesados con harina o no.
Queda en el aire la posibilidad de que los restaurantes informen
a sus clientes de la composición y de los ingredientes exactos que componen sus
platos. Ardua tarea que tardará años en llegar, si llega, y que tiene el visto
bueno de las autoridades. Sin duda, sería una medida que evitaría que cualquier
persona con intolerancia alimentaria como la celiaquía(intolerancia al gluten) o intolerancia a la lactosa, o con alergia alimentaria, se pudiera intoxicar al
comer algún plato "aparentemente" inofensivo.
Imágenes: Google imágenes.